LA FALTA DE TRASPARENCIA EN LOS CONTRATOS.

Muchos de los contratos que concertamos como consumidores incluyen vicios capaces de provocar su nulidad total o parcial en un juzgado. Estos vicios van desde la abusividad de alguna de sus cláusulas, la usura en el tipo de interés o la causa torpe, hasta la falta de transparencia de sus cláusulas.

La falta de transparencia es una de las causas de nulidad más habitual, y puede llegar a afectar a la totalidad del contrato, convirtiéndolo en un negocio nulo con importantes consecuencias económicas para los consumidores.

¿QUÉ DICE LA LEGISLACIÓN?

La legislación en defensa de los derechos de los consumidores y usuarios incluye un amplio catálogo de medidas protectoras para los consumidores en su contratación con las empresas, y entre ellas destaca el control de transparencia. Este control supone que un contrato ofrecido a consumidores debe ofrecer toda la información necesaria para que podamos conocer plenamente y de forma sencilla su contenido, sin necesidad de ningún esfuerzo adicional, ni consultas a otros textos. Este control de transparencia debe ser superado por las empresas de forma impecable, tanto a través de la información aportada al propio contrato en su clausulado como mediante información previa a la contratación.

Además de la información aportada al contrato, hay otros elementos necesarios para poder superar el control de transparencia, entre los que destaca el correcto tamaño de la letra. Desgraciadamente, es muy habitual que los contratos de grandes empresas de todo tipo estén redactados en un tamaño de letra de imposible lectura, inferior a los dos milímetros, lo que supone que da igual cuánta información contengan, ya que nadie podrá recibirla nunca. Además de la letra de tamaño minúsculo, se utilizan otras técnicas para ocultar a los consumidores los aspectos más negativos de los contratos, como incluirlos en cláusulas que no tienen que ver con su contenido real, utilizar párrafos enormes, o incluir los datos más relevantes del contrato sin destacarlos sobre el resto del texto.

Es muy sencillo comprobar si alguno de tus contratos puede infringir el control de transparencia.

  • En primer lugar, puedes comprobar si eres capaz de leer todo su contenido sin esfuerzo, que el tamaño de la letra y la separación entre renglones y entre párrafos te permita leerlo con comodidad. Si por cualquier motivo te cuesta leer tu contrato, es muy posible que no sea transparente.
  • En segundo lugar, si eres capaz de leer todo su contenido con comodidad, puedes comprobar si la información te permite comprender realmente lo que vas a contratar; en qué consiste el servicio, sus condiciones, y sus consecuencias a medio y largo plazo, y, sobre todo, si eres capaz de detectar los datos más importantes del contrato, como el tipo de interés en un préstamo, la posibilidad de desistir del contrato, su duración, o la existencia de comisiones y penalizaciones. Si encuentras párrafos demasiado técnicos o incomprensibles, o si echas en falta información sobre aspectos importantes del contrato, es muy posible que no sea transparente.

Si tu contrato no es transparente, la consecuencia jurídica es clara: es nulo.

La nulidad de tu contrato supone que éste no debería haber existido, y por tanto deberemos volver a la situación inmediatamente anterior al día en que lo firmaste. En el ámbito financiero es muy habitual encontrarse con este tipo de contratos, y las consecuencias de la nulidad se resumen en una frase: devolverás solo lo que te han prestado, ni un céntimo más.

En Legisla2 estamos especializados en este tipo de reclamaciones, y tenemos años de experiencia en recuperar importantes cantidades de dinero para nuestros clientes afectados por este tipo de contratos. Si crees que puedes ser víctima de un contrato de este tipo, no dudes en consultarnos.

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