UN RESPIRO PARA LOS ENDEUDADOS
En el panorama económico actual, muchas personas se encuentran en situaciones de sobreendeudamiento que dificultan su día a día, afectando tanto a su bienestar emocional como a su capacidad económica, llegando a entrar en situaciones de insolvencia. Es posible que hayas visto anuncios en internet sobre la Ley de Segunda Oportunidad, y noticias sobre personas que han borrado de un plumazo enormes deudas gracias a esta Ley.
Como casi siempre, no es oro todo lo que reluce, y en esta entrada vamos a explicarte las (muchas) ventajas de este procedimiento y los (pocos) inconvenientes que tiene, además de las cosas que no te cuentan en la publicidad.
NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
Lo primero que hay que explicar es que esta norma nos permite eliminar nuestras deudas de una forma definitiva, y que de este modo podamos obtener una segunda oportunidad. Eso es cierto, y es en lo que se centra la publicidad, en contarte la parte buena del producto.
Lo que no te cuenta la publicidad es que esos casos tan llamativos tienen unas características especiales, que no concurren en todos los casos.
La característica más importante es que la cancelación total de las deudas, en un procedimiento rápido y ágil, se limita a los denominados “concursos sin masa”. Esto quiere decir, a aquellas personas que no tienen patrimonio, o que su patrimonio es tan escaso que ni siquiera cubriría el coste de su liquidación.
Cualquier persona que se plantee someterse a la Ley de Segunda Oportunidad y tenga una vivienda en propiedad debe ser consciente de que es muy difícil que consiga la exoneración de todas sus deudas, y que quizá tenga que conformarse con un plan de pagos.
POSIBILIDADES PARA LOS DEUDORES CON PATRIMONIO
A pesar de que en la mayoría de los casos se les cierre la puerta de la eliminación total de sus deudas, la Ley de Segunda Oportunidad sigue siendo una posibilidad atractiva para los deudores con patrimonio. Ésta ofrece la posibilidad de conseguir un plan de pagos que les permita salir a flote manteniendo la propiedad de su vivienda y del resto de su patrimonio.
En vista de que la publicidad solo nos cuenta la parte buena de la historia, el mejor consejo es asesorarse con profesionales especializados, que puedan valorar todas las características del caso en concreto y así poder decidir la mejor opción.
Frecuentemente, el plan inicial de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad se acaba convirtiendo en una estrategia diferente con la que obtener un resultado similar, y sin asumir riesgos ni costes elevados.
En otras muchas ocasiones, la Ley de Segunda Oportunidad será la mejor de las opciones, pero la única forma de saberlo es informarse y asesorarse.