LA RECLAMACIÓN DE IMPAGADOS

Si tienes una empresa o un negocio, es casi imposible que no hayas sufrido retrasos en los cobros, o incluso impagos. Desgraciadamente es algo muy habitual, sobre todo en tiempos de crisis económica, y si no se aborda de una forma eficaz puede generar un perjuicio económico enorme a la empresa, llegando incluso a poner en riesgo su viabilidad.

¿QUÉ ES UNA RECLAMACIÓN DE IMPAGADOS?

Una vez que se ha producido el impago es muy recomendable iniciar la reclamación del impago lo antes posible, para evitar complicaciones y demoras innecesarias.

La reclamación de impagados es muy sencilla, ya que consiste en una comunicación en la que se recuerda la existencia de un impago y la obligación de abonar la cantidad acordada, acompañándola de la documentación que pruebe ese impago.

A pesar de que es una gestión muy sencilla, para la mayoría de las empresas y autónomos se convierte en una pesadilla, ya que es una actividad alejada de la actividad cotidiana de la mayoría de profesionales, y cada detalle o imprevisto se convierte en un dolor de cabeza.

¿CÓMO SE RECLAMA UN IMPAGO?

El primer paso para reclamar un impago es confirmar la deuda, y recopilar toda la documentación que nos permita acreditar su existencia ante el deudor, y si es necesario ante los tribunales.

Es importante comprobar que no se trata de un error de facturación, y que no hubo ninguna incidencia en la entrega o el servicio prestado, ya que si no confirmamos la existencia de la deuda la reclamación no llegará a buen puerto y será una pérdida de tiempo y de recursos.

Una vez confirmada y acreditada la existencia de la deuda, debe presentarse la reclamación al deudor. Esta reclamación debe incluir todos los datos de la deuda, desde la relación comercial que une al acreedor y al deudor, hasta todos los detalles del servicio prestado y del impago generado. Además, es importante que podamos acreditar que la reclamación ha existido, así como su contenido, para evitar problemas en caso de tener que acudir a los tribunales.

En muchas ocasiones, una vez remitida la reclamación, el deudor expresa problemas de liquidez que le impiden hacer frente a la deuda en las condiciones establecidas. En estos casos es recomendable ser receptivos a una negociación que flexibilice el pago y permita al deudor hacer frente a la deuda, ya sea mediante un fraccionamiento o incluso mediante una quita.

Esta negociación no es obligatoria, desde luego, pero como suele decirse, casi siempre es preferible un mal acuerdo que un buen pleito, y podremos ahorrarnos tiempo, dinero y dolores de cabeza, así como mantener una relación comercial con un cliente que posiblemente vuelva a ser rentable en el futuro.

 

¿Y SI NO ME PAGAN?

Desgraciadamente, cabe la posibilidad de que la reclamación no tenga éxito, y que nos encontremos ante una negativa total al pago, ante una propuesta de acuerdo inaceptable, o incluso ante un silencio total del deudor.

En estos casos, la única vía para poder recuperar el dinero es recurrir a los tribunales, a través de una demanda, que en función de la naturaleza de la deuda y de su cuantía puede tener diversas formas.

Esta opción es costosa y lenta, pero muy habitual.

En Legisla2 ofrecemos un servicio rápido y eficaz en todo el proceso de reclamación de impagados, desde el análisis del caso y el asesoramiento inicial, pasando por la preparación de la documentación necesaria, y llegando hasta la vía judicial, incluyendo todas y cada una de las fases intermedias.

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